
Dentro de los evidentes rasgos culturales que tenemos en América Latina cuyos rasgos se atribuyen a la cultura hispánica, debemos recordar también la que tuvo el fandango sobre los bailes de varias regiones del Nuevo Mundo. Originado en las Islas Baleares, fue un tipo de baile cuya rápida popularidad le hizo extenderse por otras regiones de España como Andalucía, Castilla, y el País Vasco, entre otros, logrando trascender incluso allende sus fronteras y tener presencia en ciertos lugares de Portugal.
Con el arribo de los europeos a América, el fandango se propagó hacia las noveles provincias, y los pobladores de estas continuaron adaptándolos a sus gustos locales particulares. Tan fue así, que hoy los bailes más representativos de las hoy repúblicas rastrean en sus rasgos al fandango, como puede decirse del joropo venezolano, la cueca chilena, la zamacueca peruana, y más evidentemente en el fandango jarocho de Veracruz, México.
Como en muchas ramas de las artes y de la gastronomía, Hispanoamérica esconde muchos tesoros que aún siguen ahí para ser redescubiertos por nosotros, a fin de tener en cuenta los lazos que aún nos unen con nuestros progenitores de la Europa antigua.