En 1771 se le concedió la gracia nobiliaria a Juan Bernardo Rodríguez del Toro, quien pasó a la historia como el primer Marqués del Toro. El beneficiario, oriundo de Teror (Canarias) y llegado a la provincia de Venezuela a principios de siglo era hijo de Blas Rodríguez del Río y Catalina del Toro y Heredia.

Por su línea materna, el cronista Diego de Urbina asegura que el apellido Toro descendía de la nobleza castellana, ya que fueron descendientes de Fernando I de León, llamado “El Magno”. A los efectos de la historia de Venezuela, el Marquesado del Toro resulta importante, por cuanto el II Marqués, Francisco Rodríguez del Toro e Istúriz, fue abuelo de María Teresa del Toro y Alaiza, esposa del Libertador Simón Bolívar.

Por su parte, Francisco Rodríguez del Toro e Ibarra, IV Marqués del Toro, fue signatario del Acta de Independencia de Venezuela en 5 de julio de 1811. En 1739 fue creado el Marquesado de Uztáriz y su primer merecedor fue Casimiro de Uztáriz y Azuara, quien era miembro de la Orden de Santiago y que residía en Caracas, habiéndose trasladado allí desde España en calidad de Secretario del Consejo de Indias. Procedente de una familia oriunda de las provincias vascongadas, previamente había sido Teniente General de los Ejércitos Reales, y también se había desempeñado como Secretario de Estado y Guerra, así como ministro durante el reinado de Fernando VI.

José de Solano y Bote, quien había sido uno de los primeros navegantes del río Orinoco y que funcionó como Gobernador y Capitán General de la provincia de Venezuela entre 1763 y 1771, recibió en 1784 el Marquesado del Socorro. Tres años más tarde, en 1787, le tocó su turno a José Ignacio del Pumar y Traspuesto, vecino de la ciudad de Barinas, a quien le fue conferido en título de Marqués de las Riberas de Boconó y Masparro.

En 1793 sucedió, además, que Fernando Ignacio de Ascanio de Monasterios recibió la restitución y continuidad del Condado de la Granja.