
Al venezolano de a pie de la actualidad, aficionado o no a la historia del país y de sus orígenes, le podrá caer de sorpresa si se le menciona, así sea de manera somera, una lista de los títulos nobiliarios que fueron otorgados por la Corona española para destacados ciudadanos que hicieron vida antes y durante los tiempos de la Capitanía General.
Largamente dejados en el olvido luego de que la Constitución Federal de los Estados de Venezuela de 1811 suprimiera su vigencia y validez, nunca está demás el rescatar su memoria a fin de tener un panorama de la sociedad venezolana en sus estadios más genéticos. Y, tal como sucedió en el resto de las posesiones ibéricas en el Nuevo Mundo, se correspondió con un proceso de adaptación de las maneras y costumbres españolas al nuevo mundo que pretendían crear en América.
Muchos de ellos tenían en común tener ascendencia en familias nobles de la metrópoli, así como descender de los conquistadores llegados a principios del siglo XVI, y el ser propietarios de grandes extensiones de tierra. Sus haciendas comúnmente estaban dedicadas a la producción de la semilla de cacao. De aquí que el venezolano de a pie utilice la expresión “gran cacao” para referirse a alguien destacado o con grandes pretensiones dentro de la sociedad.