
En un documento de extraordinaria importancia, conocido como Capitulaciones, despachado en Santa Fe de la Vega de Granada el 17 de abril de 1492, los reyes católicos concedieron a Colón el título de ¨Virrey y Gobernador General de las islas y tierras firmes¨. Pero, ¿tenía término la designación?.
Vemos la tajante respuesta de las Capitulaciones: ¨Para durante su vida y después de él muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente¨. Como también se le concedió el título de Almirante, se le relacionó con una dignidad militar y política que databa de 1230, cuando Jaime I creó el cargo de Almirante de Cataluña y Mallorca con el derecho de quedar al mando de la real flota.
Por si fuera poco, los monarcas concedieron a Colón la décima parte de lo que se obtuviere en la expedición, y el derecho de participar en la organización y orientación de futuros viajes de la misma calidad. La defensa de todas estas prerrogativas frente a quienes tomaron el propósito de liquidarlas, dio origen a los llamados ¨Pleitos colombinos¨, capaces de prolongarse a través del tiempo.