Sabemos por la lectura del Antiguo Testamento que Saúl creó un gran ejército que le permitió el control de las tribus y el dominio de importantes territorios. De acuerdo con el historiador Luis Suárez, reputado especialista en la investigación de la sociedad judía, convirtió el pueblo en armas en un conjunto de soldados profesionales aptos para hacer la guerra y proteger a su rey. No solo garantizó así su predominio, sino también los derechos de su descendencia.

Además, Saúl se rodeó de escribas y de consejeros fieles, lo que le permitió crear una nobleza a la cual cedió ricas parcelas y exoneró de impuestos para que se mantuvieran en su servicio. Así se pudo iniciar una influencia unificadora, y pudo crear de toda regla un reino judío que luego dejará un profuso legado para la posteridad. Como podemos leer en el 1° Libro de Samuel: ¨He aquí el fuero del rey que va a reinar sobre vosotros. Tomará vuestros hijos y los destinará a sus carros y a sus caballos¨.