Podría pensarse que se trata de un postre netamente criollo y en líneas generales latinoamericano. Sin embargo, el bienmesabe es otro signo del parentesco histórico entre España y Latinoamérica, siendo otro buen ejemplo de cómo la cultura originaria es transferida y diversificada en los países recipientes.

En la antigua metrópoli existe este alimento que por lo general está preparado con huevos, miel y almendras. En Canarias pervive una versión más consistente y granulada que lleva limón rallado, mientras que en Andalucía se le echa almíbar de cidro y canela. Como era de esperarse, el intercambio cultural suscitado a partir de 1492 vio a este postre ser difundido por las provincias americanas, cada una de ellas agregándole y quitándole ingredientes para adaptarlos a sus gustos locales.

Así, en Perú existe un bienmesabe hecho con batatas, en Puerto Rico es un líquido muy dulce que se sirve con bizcochos, y en Venezuela parece más una torta que reemplaza las almendras con coco y algo de licor. Sin duda, un testimonio más de una relación histórica que se expande a otras áreas y géneros de la cultura.