El mundo es una tortilla

Si insistimos en buscar más signos de hermanamiento entre España y Latinoamérica, podríamos ir ahora a examinar el caso peculiar de los orígenes de la famosa tortilla de patatas, plato nacional español. Ya empezado el proceso de mestizaje cultural en el Nuevo Mundo, los colonizadores se toparon con los cultivos autóctonos de las naciones. En el altiplano andino, cerca del lago Titicaca, se encontraron con que los incas cultivaban la papa, tubérculo endógeno de la región. Paralelamente, los españoles también observaron que, en los mercados de la antigua Tenochtitlán, los aztecas vendían unas tortillas cuya preparación se hacía básicamente con huevo.

Con el paso del tiempo, es bastante posible que los ibéricos mezclaran las dos ideas como opción para alimentarse, friendo una mezcla de patatas (a las que llamaron así por la similitud del tubérculo en cuestión con la batata) con huevos y sal. Su uso se popularizó por España con el pasar de los siglos. Así que sí, uno de los principales símbolos de identidad de los españoles lleva una gran marca americana, producto de la simbiosis entre dos pueblos con una gran relación histórica entre sí.

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