Aquí vamos a entrar en un tema bien curioso y un tanto complejo que muestra cómo la herencia filosófica de nuestros antepasados hispanos puede dar giros verdaderamente irónicos en el devenir de la historia. Empecemos por decir que Alfonso X, rey entre 1252 y 1284, comandó la elaboración de un compendio legislativo muy importante que se llamó las Siete Partidas, en las que recopiló las leyes que rigieron durante todo su reinado. En la Segunda de esas Partidas, concretamente en el título 15, Ley 3, leemos que si por algún motivo se produce la ausencia del rey (la causa común era la muerte) y aún el sucesor no podía entrar en funciones, sea porque el heredero no tuviese aún la mayoría de edad y el reino no contase con un tutelaje definido por el rey fallecido, los más grandes hombres del reino o territorio debían agruparse y asumir el gobierno hasta que se supla el cargo. Tal fue la influencia de las Siete Partidas que encontró un eco inesperado en los inicios del siglo XIX. La ausencia forzada del rey Carlos IV producida por las Abdicaciones de Bayona y su reemplazo por José Bonaparte fue considerada ilegítima.

En España eso desencadenó, tomando en cuenta la Segunda Partida, que se formasen juntas para ser depositarias del poder legítimo. Pero eso también terminó ocurriendo en América. Las provincias americanas también consideraron fuera de la ley las abdicaciones, y por lo tanto también hicieron la misma lectura del texto legal. Entre 1808 y 1810, los cabildos de todas las provincias tomaron las riendas del gobierno y, acto seguido, nombraron sus propias juntas gubernativas que juraron restablecer el gobierno al tiempo que juraban lealtad al rey. Sonados ejemplos estuvieron en México, Montevideo, Quito, Caracas, Buenos Aires, y Santiago de Chile. Unas fueron disueltas, pero la mayoría funcionaron y significaron el inicio de sus gestas independentistas. Pudiera decirse entonces que, de las legislaciones más antiguas heredadas desde la España medieval estuvo el principal germen de la libertad americana. ¿Quién lo hubiera pensado?