En un documento de extraordinaria importancia, conocido como Capitulaciones, despachado en Santa Fe de la Vega de Granada el 17 de abril de 1492, los reyes católicos concedieron a Colón el título de ¨Virrey y Gobernador General de las islas y tierras firmes¨. Pero, ¿tenía término la designación? Vemos la tajante respuesta de las Capitulaciones: ¨Para durante su vida y después de él muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente¨.

Por si fuera poco, los monarcas concedieron a Colón la décima parte de lo que se obtuviere en la expedición, y el derecho de participar en la organización y orientación de futuros viajes de la misma calidad. La defensa de todas estas prerrogativas frente a quienes tomaron el propósito de liquidarlas, dio origen a los llamados ¨Pleitos colombinos¨, capaces de prolongarse a través del tiempo. El legado y los derechos genuinos de Colón, al fin y al cabo, no era solo para el nuevo continente recién descubierto, sino también para el resto de su propia familia.